Esto es increíble, un vasco que incumple todos las cualidades que ha de tener cualquiera que se precie de vasco.
Pongámonos en antecedentes y situemos las cosas en su punto justo para entenderlo todo. Digamos primero quién es Grande Marlaska; sí, porque aunque durante unas semanas su nombre haya estado constantemente en los medios de comunicación es posible que con el tiempo su figura pase a segundo plano y acabe volviendo a ser un desconocido. Así que, puesto que un servidor y este blog pasarán a la posteridad, es importante que quien lea esto en el futuro sepa de quién estamos hablando, ya que es evidente que, después de haber tenido sus cinco minutos de gloria, esta persona no va a pasar a la Historia. Pues bien, el señor Grande Marlaska es un juez cuya mayor contribución a la humanidad es haber tomado una serie de decisiones que han puesto en serio riesgo el proceso que se ha abierto tras la declaración de tregua por parte de ETA el pasado 22 de marzo. De todos es sabido que cuando se inicia un proceso como el que ahora acontece es necesario que todas las “partes” creen un escenario de confianza que posibilite ir avanzando en la resolución de los problemas. Esto, que se ha dado en Irlanda, Sudáfrica y en cualquier lugar del mundo en el que se han afrontado procesos de este tipo (por ejemplo en España al hacer al Transición) ha requerido siempre, entre otras cosas, de la adaptación de la Justicia al entorno social en que presta su servicio. Pues bien, cuando se están poniendo por parte de todos las bases para asentar el proceso aparece un juez que, cual Quijote contra los molinos, emprende una desaforada tarea de toma de decisiones altamente discutibles generando una tensión máxima y haciendo peligrar la esperanza de resolución del conflicto vasco. Gracias “tío”, te has lucido. Por suerte su plaza en el Juzgado de la Audiencia Nacional ha pasado a otras manos y nos hemos librado de sus desestabilizadoras decisiones.
Pero para más inri el susodicho señor es vasco. O sea, un vasco prestando servicios a una justicia, que como decíamos en el post anterior, es extranjera para quienes queremos que nuestro país sea uno más en Europa. Pues eso, además de servir a una justicia del Estado que no reconoce nuestros derechos, las decisiones del juez coinciden plenamente con las políticas más radicales del nacionalismo español, las expresadas por el Partido Popular.
Y por si todo eso fuera poco ahora resulta que este señor es homosexual. Por favor, ¿a dónde vamos a llegar? Mira, Grande Marlaska, eres una oveja descarriada pero estás a tiempo de cambiar. Por favor, recapacita y cambia de actitud, no puedes seguir así, eres todo lo contrario a lo que se espera de un buen vasco; cuando rectifiques serás recibido como el hijo pródigo que regresa a casa, en este caso a la acogedora madre tierra vasca. En cualquier caso te hago saber que si persistes en tu actitud españolista y propensa al vicio Dios te castigará y jamás llegarás al Paraíso prometido por Sabino Arana para los buenos vascos.
Dicho lo cual he de añadir varias precisiones: en el diario El País leo una interesante
entrevista a tu persona donde, entre otras cosas, hablas sobre tu tendencia sexual y sobre el hecho de que estás casado con Gorka. Que sepas, en primer lugar, que lo de “maricón” no es en absoluto despectivo puesto que mi afecto por el colectivo homosexual y la lucha por la igualdad es total; de hecho porque imagino que eres fiel a tu pareja si no me vería complacido si tuvieses a bien hacerme un “favor” ;-), estás bastante bueno. Me resulta interesante tu personalidad y demuestra lo que ya es sabido: que la sociedad vasca es plural en cuanto a formas de ver la vida, que cada individuo es un mundo, que las tendencias políticas son muy variadas, etc., etc.
Respecto a tus resoluciones judiciales decirte que te estaba haciendo una crítica ya que creo que, como servidor público que eres, estoy en mi derecho. Con ello en ningún momento he supuesto que te hayas movido por intereses políticos o personales, eso sólo lo sabes tú, pero yo confío en tu profesionalidad.
Lo que he dicho anteriorme sobre el "buen" vasco era cachondeo, por suerte somos diversos. Me queda por decirte lo más importante: estoy totalmente seguro que tú, como yo, como cualquier vasco, deseas lo mejor para tu pueblo. Por eso todos queremos que la violencia desaparezca totalmente y por ejemplo tú puedas vivir aquí a gusto, pasear con total tranquilidad por nuestras calles, como siempre tenías que haber podido hacerlo (sin escolta), y puedas expresar tus opiniones en total libertad. Tú, yo, y cualquiera. Creo que estamos en un tiempo de esperanza y que va a salir bien.
Espero, como digo, que la violencia se elimine para siempre pero que se solucione también el problema político vasco, puesto que es evidente que cientos de miles de vascos no están de acuerdo con la actual configuración política de nuestro país. En absoluto es admisible que tú no puedas pasear con tranquilidad por nuestras calles o no puedas expresar en libertad tus ideas; la libertad es algo a lo que nunca se puede renunciar y todos debemos disfrutarla. Así como en ese terreno tienes menoscabados tus derechos no es así cuando manifiestas que te consideras vasco y español: por suerte las leyes reconocen, respetan y salvaguardan tus derechos en este ámbito. Por el contrario, un servidor se siente vasco, europeo y ciudadano del mundo, en cambio las leyes no me lo reconocen y me imponen una nacionalidad extranjera. Como ves hay diversas injusticias en el momento actual pero seguro que, poniendo todos algo de nuestra parte y cediendo en parte de nuestros planteamientos, es posible solventarlas y alcanzar un acuerdo entre todos para diseñar un escenario en el que los derechos de todos sean respetados y todos estemos a gusto con el escenario político resultante. Te emplazo a ti para que junto con un servidor y el conjunto de ciudadanos y ciudadanos vascas decidamos, libre y democráticamente, el futuro de nuestro pueblo.
Paz, justicia y libertad. Gracias y un saludo.