Puede que esta entrada en el blog contradiga a la anterior. Sí, puesto que manifestaba que en una política lo importante no es su aspecto físico sino el desempeño efectivo de su labor, por la misma regla de tres en una dependienta de El Corte Inglés lo fundamental ha de ser su capacidad de atención al público. Bueno, pues aún así, no puedo evitar manifestar que no me gusta la nueva vestimenta de las dependientas de ese gran centro comercial.
Sí, ha sido una desagradable sorpresa la que me he llevado al deambular por las plantas de esa gran superficie y observar la nueva vestimenta de las dependientas, compuesta por un pantalón negro y una blusa negra con alguna línea blanca. ¿Pero esto qué es? Tengo que formular varias quejas enérgicas. En primer lugar: ¿pero cómo se les ocurre vestirlas de negro? Lo digo porque resulta que es muy difícil adivinar quién es dependienta entre tantas mujeres vestidas de negro que recorren los pasillos del comercio. Claro, entre que el negro es elegante y estiliza, la mitad de las mujeres van de negro con lo que las dependientas no se distinguen entre la marea de consumidoras.
Pero bueno, no nos engañemos, eso es secundario, lo importante es otra cosa: ¿pero no podrían ir más sexys? Por favor, hoy ha sido un muermo la visita al Corte Inglés; recuerdo que antes siempre era un aliciente darse un garbeo por ahí sólo por ver tanta pierna, gusto daba. Sí, en realidad a un hombre le es suficiente con ir dos veces al año al Corte Inglés para aprovisionarse de ropa, es lo que hago yo, de hecho el resto de veces que voy, como la mayoría, es por ver las piernas a las dependientas. ¿Y ahora qué? Entiendo que una minifalda igual es mucho, ¿pero qué menos que una faldita hasta las rodillas? Al menos esa es la imagen que yo siempre he tenido de las dependientas... todo vaya a ser que pase como con las enfermeras, que uno, será por tanto porno, se las imagina con esa falda corta, esas medias... y luego en la realidad no son así.
En definitiva, quizás lo que han pretendido los responsables de este centro comercial es que el público se centre en observar los productos expuestos y no en mirar a las dependientas pero conmigo lo que van a conseguir es que ya sólo vaya cuando necesite algo. Con lo agradable que era en invierno pasar del frío helador a ver tanta carne sugerente... ¡una pena! Exijo pues una rectificación inmediata al Corte Inglés.