¿Quién fue el cabrón que inventó esto?
Rompo mi silencio para enviar un "cordial" saludo a la madre del señor o señora que tuvo a bien inventarse el objeto que se ve en la imagen, parece ser que llamado plinto.
Sí, hay que tener frustraciones varias para idear semejante elemento de tortura, por otra parte no muy alejado del también odiado potro. ¿Por qué los niños y niñas se han de ver sometido a semejante delirio? Recuerdo los sudores fríos que me afligían en las clases de gimnasia cada vez que llegaba el turno de enfrentarse a esas bestias; y mira que a veces retrasabas el turno haciendo que te atabas la zapatilla o escaqueandote de cualquier forma... pero tarde o temprano llegaba el momento de emprender la carrera asumiendo la posibilidad de partirse el crisma en dos (o en "tropecientos mil"). Menudo suspiro daba al salir indemne sin una costilla partida, una brecha en la cabeza... o la entrepierna dislocada.
Aprovecho la ocasión para enviar un afectuoso saludo a todas las personas patosas; sí, ya nos resulta difícil levantarnos de una silla sin tropezar sin quererlo con las patas de la silla, la mesa, o lo que se ponga por medio, como para encima tener la coordinación de correr, saltar, y ¡hacer el pino puente! encima del puto plinto.
¡A la cárcel con el asesino de patosos!
Sí, hay que tener frustraciones varias para idear semejante elemento de tortura, por otra parte no muy alejado del también odiado potro. ¿Por qué los niños y niñas se han de ver sometido a semejante delirio? Recuerdo los sudores fríos que me afligían en las clases de gimnasia cada vez que llegaba el turno de enfrentarse a esas bestias; y mira que a veces retrasabas el turno haciendo que te atabas la zapatilla o escaqueandote de cualquier forma... pero tarde o temprano llegaba el momento de emprender la carrera asumiendo la posibilidad de partirse el crisma en dos (o en "tropecientos mil"). Menudo suspiro daba al salir indemne sin una costilla partida, una brecha en la cabeza... o la entrepierna dislocada.
Aprovecho la ocasión para enviar un afectuoso saludo a todas las personas patosas; sí, ya nos resulta difícil levantarnos de una silla sin tropezar sin quererlo con las patas de la silla, la mesa, o lo que se ponga por medio, como para encima tener la coordinación de correr, saltar, y ¡hacer el pino puente! encima del puto plinto.
¡A la cárcel con el asesino de patosos!
1 Comments:
Con lo divertido que era el plinton.
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